Camino por el parque y miro, paso por paso, personas que pasan, miran, piensan. Caminan y corren, corren y caminan. Hace algunos meses me doy cuenta lo lindo de esta actividad. Ritmo fuerte, camino en fantasia, por veces gacela, por otras felino. Un vuelo de águila, camino sobre el plano tranquilo.
Seguro de Mi, contengo. El fantasma puede ser alguno, qualquiera, ninguno. Según la música que manda, los pasos obedecen al ritmo, y el esfuerzo el mínimo. El placer, máximo. La cadera me lleva - según otro amigo mayor con quien he aprendido +bertazzo Ivaldo, y sigo, aprediendo a aprender al amigo.
Seguro de Ti, contenido. Soy fantasma de Ti, mi Amado. No hay nada que se asemeje a Ti, soy tu Esclavo perdido. Me encuentro en Tus alabanzas, y me compadrio. No. Me repito: eso es fantasma, mi querido. Para de pensar, y sigue tu camino.
Hay muchas trampas en la discriminación entre contención y (dejar) ser contenido. Entre el control y la entrega. Entre es esfuerzo correcto y el desperdício. Salgo a caminar otra vez, y encuentro a Mercedes, Sosa, en su bumbo que me contiene el camino. Que placer ser de America del Sur, y poder viajar mundo afuera, a ver la fantasia.
Pues encontre un águila amigo, +Francoise otondo, y de suerte iremos juntos, a volar por estos mundos caminos.
Hasta la próxima vuelta, el parque está contigo.
